Hace tiempo
que está publicada esta novela (supongo que los que la conocéis ya os habréis
dado cuenta de que el autor es mi hermano; aviso, para que no haya
malentendidos), y no había comentado nada. Pero como estuve esta semana usando
el primer relato como guía para escribir una aventura (si la llamo módulo
sonaré muy viejo, ¿verdad?), me he decidido. Y voy a comentar alguna cosilla…
(Los impacientes podéis ir directamente al final de la página).
Cuando mi
hermano acabó el primer volumen de la tetralogía de La Espina del Cielo, se dio
cuenta de una cosa: siendo una obra tan centrada, tan específica en su tema, su
ambiente, su tono, su estilo… Bueno, los que la hayáis leído ya me entendéis.
Siendo, decía, una obra tan cerrada, había muchas cosas que se le pasaban por
la cabeza mientras escribía o se documentaba que no tendrían cabida en su obra.
Y así nació Dragonera, un lugar donde cabía todo lo que la fantasía podía dar
de sí. Después de un mecenazgo fallido, y con algunos de los posibles mecenas
quejándose de que «el relato es muy corto», el autor se decidió a completar un
libro con una par de relatos más. Y así nació El Día de Dragonera y otras
historias.
Lo primero que
quiero mencionar es el tono (y esto incluye el lenguaje): este libro es ágil,
rápido, a ratos incisivo, siempre brillante y aventurero. Vamos, lo que es
Dragonera, una ciudad de aventuras típica del mejor género «de evasión»: toda
vivencia es una aventura, los peligros sólo están para ser superados, y las
reflexiones sobre el significado de la vida y la amarga existencia… Bien, no
estoy seguro de que la existencia sea amarga para los protagonistas. Incluso
sus problemas son sólo un acicate más para seguir adelante con la historia. En
este sentido, incluso podría decir que es un homenaje al pulp de aventuras, y a los juegos de rol más clásicos (a ningún connoisseur se le escapará cuanto de
Dungeons & Dragons hay en estos relatos), así como a los relatos que nos
maravillaron (aún nos maravillan) desde nuestra niñez. No escapa a esta
atmósfera el lenguaje empleado, como decía antes: sin circunloquios
innecesarios, sin complejidades narrativas que estorben el desarrollo de la
acción, cada página se sucede a la anterior a paso rápido, llevando al lector
de un suceso a otro, de una pista a otra, de una deducción a otra sin permitir
que se pare a dudar acerca de la coherencia de lo leído. A estilo blockbuster cinematográfico, vamos. Y
siendo igualmente disfrutable.
La estructura
en relatos cortos no sólo bebe del pulp
más clásico. También es un legado de su otra gran influencia: las historias de
Sherlock Holmes. Casos aislados, cada uno en un relato, aunados sólo por las
figuras de la pareja investigadora, auténticos trasuntos de los personajes de
Conan Doyle incluso en sus iniciales… No digo más, que en sus páginas
encontraréis guiños al enano de Chantilly, a la casa más famosa de los juegos
de rol, a ese clásico del cine juvenil que es El secreto de la pirámide… Venga,
que me pierdo: decía que estas historias huyen de los clásicos protagonistas
guerreros y magos para ponernos tras la pista de una particular detective
asesora, con un carácter tan cortante como el del mejor Holmes.
¿Y qué nos
podemos encontrar en El Día de Dragonera? El primero de los relatos, de los
casos, nos conduce a asistir a la presentación de la detective Silvana Hésteren
cuando contrata a Dupriam Wenefenn como su archivista. Y, en vísperas de la
celebración del Día de Dragonera, la fiesta grande anual de la ciudad homónima,
se enfrentan a la resolución de un asesinato que empieza como un rompecabezas
para acabar… Bueno, claro que no voy a decir cómo acaba. Pero sí que me ha
recordado que hay otra influencia en la que no me había fijado: pese a sus
pretensiones livianas, no escapa (¿cómo podría?) al roce del género negro, por
lo que la política, más intuida que explicada, está en el meollo de más de un
relato. Aunque quizás no sea género negro de verdad hasta que no se mezcle
algún amor maldito… Pero no me voy más por las ramas.
Sí quiero
aprovechar para hacer un alto en este relato, que ya muchos habréis leído, para
mostrar ejemplos de lo expuesto. La descripción del Colegio de la Magia, con
frases soltadas como al despiste a la manera de simpáticos huevos de pascua:
«…, alguna vez se cuela algún gusano. Si ven alguno, hagan bien en avisarlo;
les gusta sobre todo la escuela de alteración». O la presencia de buscadores de
tesoros en las alcantarilla. Quizás algún día veamos un contemplador…
El segundo
relato es El mejor escribiente, nacido de una feliz coincidencia entre un viejo
refrán (dicho al estilo zamorano, o «de la universidad de Carbajosa») y una
revisión a un manual de monstruos de D&D. Y mejor no sigo, que es una
historia de misterio y no quiero arruinarla.
En este caso,
y siguiendo el espíritu didáctico de «vamos a enseñar algo nuevo de la
ambientación con cada nuevo caso», la historia nos lleva de lleno al mundo de
los magos de Dragonera, e incluso tenemos un atisbo de la muy mágica Arcania,
incluida su actitud ante los «anodinos», gente que no es capaz de usar la
magia, que nos recuerda que en las ambientaciones fantásticas estamos más
preocupados por saber cómo ve la gente común a los magos, sin pensar en cómo
verán los magos a la gente común (bueno, para ser justos, Rowling sí pensó un
poco en esto).
Además, sigue
otra de las marcas de la casa en estos relatos: los finales de capítulo con cliffhangers de manual, ideales para ser
serializados… Bueno, si el pulp es
una influencia, el folletín decimonónico que lo precedió también se deja ver en
algunas de las páginas de estos relatos. Y un ejemplo son estos finales que
impulsan a seguir leyendo, entrelazados con algunos no menos chocantes, si bien
con un tono más costumbrista.
Y aprovecho el
principio del relato El lamento monocorde, para comentar el costumbrismo que
trasluce el fondo de los relatos, sobre todo en la descripción de la posada
Mano de Gato y las actividades de su gobernanta, la señora Brosco. Y comento
aquí este tema porque el relato se inicia con una actividad que parece
demasiado mundana para un relato de fantasía: el festival de música anual de
Dragonera. Aparte de las menciones a grupos musicales basados en intérpretes
reales (ya os había hablado del juego de referencias constante, ¿verdad?), se
deja notar el ambiente de fantasía en las pequeñas particularidades de estos
grupos musicales, como los Noctívagos, cuya solista es un alma en pena. Y
cuando tan macabra cantante es secuestrada, la pareja de detectives debe
resolver el doble dilema de si es posible secuestrar un alma en pena, y quién
sería capaz de semejante hazaña.
Es ésta una
historia más corta que las anteriores, pero a la que todavía le da tiempo de
sorprender al lector con un par de giros inesperados y la presencia de una
faceta insospechada en la vida de la protagonista. Y cierra dejándonos a las
puertas de una revelación clave para estos personajes que en doscientos
cincuenta páginas aprendimos a amar.
Pero no es el
final de la novela. El portavoz de piedra es una pequeña, pequeñísima historia,
que se escribió como recompensa para el mecenazgo fallido que mencioné al
principio. Y se incluye aquí como broche final a la presentación de Los
archivos de Silvana Hésteren, pues tiene la particularidad de permitirnos un
vistazo a la casi mítica población élfica de Verdivalle, donde una niña llamada
Silvana se deja arrastrar por su curiosidad natural para acabar resolviendo,
por primera vez en su joven vida, un crimen. Y el resto, ya sabéis, es
historia…
Y ahora, lo
que trajo a los roleros a esta página: teniendo en cuenta los orígenes de los
relatos comentados en Dungeons & Dragons, y su vinculación creativa
mediante inspiración casi directa (con muy poco esfuerzo, sólo adaptar un par
de conjuros, esta ambientación es D&D puro. O, más bien, AD&D), me puse
a escribir el módulo que adaptase a nuestras mesas de juego el primero de los
relatos, El Día de Dragonera. Y elegí para ello la 5ª edición de D&D, ya
que estuve echándole el ojo hará dos semanas.
Aquí la tenéis
al fin, una aventura para D&D que espero disfrutéis. Y ya me comentaréis
vuestras impresiones, tanto al leer el pdf como al jugar (porque espero que
algún valiente se anime a dirigirla) la aventura.
Una última
nota: a lo largo de todo el módulo, dado que la 5ª edición no está traducida,
dejé en inglés todas las referencias a nivel de reglas, para no dar lugar a
confusiones. Espero que se entienda bien así. Al fin y al cabo, tampoco está
escrito para DMs novatos, como podréis apreciar al leer el módulo.
Que los dados
os sean propicios.