Como ya
tocaba, y aprovechando que tengo aquí todos los papeles para preparar la
continuación de la partida, voy a presentaros a los personajes que
protagonizarán nuestra crónica, para que os hagáis mejor idea de quién es quién
cuando empiece la narración (en breve, en breve, lo juro).
ISIDRO EL
ALTO: es un hidalgo castellano nacido en 1342. En su descripción podemos leer
“Joven alto y lampiño, de brazos fuertes y modales suaves y refinados,
atractivo aunque desgarbado”. No llegó a conocer a su padre, y fue criado por
doña Orosia, su madre, de profesión ama. Por ello creció rodeado de mujeres
nobles, que templaron sus modales pero, tal vez, tuvieron que ver con sus
inclinaciones sexuales contra natura.
Es un
alquimista ambicioso, que aprendió con mosén Yehudá Ha-Cohen, y viajero, que
está visitando a algunos de los más prominentes maestros en alquimia de la
península, al mismo tiempo que sigue la pista de volúmenes de conocimiento
arcano, algunos de ellos, como el Clavis
secretorum alchimiae, o el Secretos de
la Galaecia de Harum El Saad, están en la biblioteca del obispo de Tui. Por
supuesto, puede traducir del latín pero no habla árabe. Y para eso lleva con él
a su esclava…
SALMA AL-ALIM:
es una joven escriba granadina que se labró su camino hacia el conocimiento
desde la vida humilde desde su nacimiento en 1340 como la hija de Ahmed el
Pastor. La describen como “Una mujer enclenque de piel oscura y pelo corto, con
ropa humilde y mirada triste”, ya que su vida idílica (casada con Malik
El-Rashid, y madre del pequeño Toman) se truncó durante una cabalgada cristiana
en el año 1363. Ahmed murió intentando defender a su hija, y ella acabó como
esclava de los cristianos, hasta que fue comprada por un hidalgo llamado Isidro
que necesitaba un asistente con conocimientos de idiomas y escritura.
Su amo no es
el peor del mundo, nunca ha intentado abusar de ella, y le permite acceso a
libros que quizás no hubiera leído en otras circunstancias, pero Salma no es
feliz. Añora a su familia y reniega de la vida del esclavo, así que busca su
oportunidad para volver a ser libre. Y no es la joven complaciente que todos
creen, con una capacidad para la sanación que parece un extra a lo que Isidro
buscaba: es cleptómana, y cobarde. Y sádica. Y odia a los cristianos…
MELCHOR BEN YEHUDÁ:
es un marinero castellano nacido en 1346, de origen burgués y, como resulta
evidente por su capa listada, judío. Hijo del alquimista Yehudá Ha-Cohen y su
esposa Libia, trabó amistad con Isidro el Alto cuando este último se convirtió
en aprendiz del maestro judío. Y durante el año 1361 dejó a sus hermanos
menores (Ana, Jonah, Nabila y Yehudá) y a sus padres para embarcarse, pasando
los últimos tres años conociendo las costas del Cantábrico y el Atlántico
peninsular, desde el Algarve portugués hasta los Pirineos.
Durante el
último año, este marino al que describen como “Joven de nariz aguileña, aspecto
ágil y brazos enclenques, dotado de un delicado atractivo”, ha servido como
contramaestre de la Asubio, nave mercante bajo el mando del capitán Manecho, asumiendo
labores de importancia incluso tierra adentro gracias a la fiabilidad que le
confiere su honor de guerrero. Es precisamente por ese sentido del honor por lo
que no aprovecha, y pocos saben que la posee, su ligereza en los dedos para
escamotear aquello que necesite. Es más conocido por su voz prodigiosa, que
ameniza las travesías marítimas.
ROQUE
SILVESTRE: es un colono castellano, campesino con su propia tierra en Villar
del Manzanares, cerca de la antigua villa árabe de Magrit. Nacido alrededor del
año 1342, de familia desconocida, fue encontrado en un bosque castellano por
Arturo el Cazador, que lo crió como si fuese su hijo hasta que se convirtió en
un “Hombretón hosco y barbado, con un atractivo salvaje, parco en palabras
aunque rápido de entendederas”. Y es que, aunque todos creen que debe ser un
cazador ignorante, ha aprovechado sus viajes para adquirir una vasta cultura y
amplios conocimientos, de los que nunca se cansa, complementados por la
sabiduría de las tierras salvajes.
Y es que Roque
no es cazador, sino brujo. Y, acompañado por una lechuza a la que llama Plumas,
se dirige a la villa de Vigo en busca de un trovador al que llaman Martín o
Martiño o algo parecido, de cuya sabiduría dice que depende el futuro del
pueblo de Villar…
ARTÚS EL
MIRLO: aunque quienes conocen a este goliardo de origen portugués lo describen
como “Un joven con aspecto de crío delgaducho, vestido de monje, callado y con
rostro agradable y mirada inteligente”, la verdad es que es una mujer, nacida
como Trega en la villa portuguesa de Bernal, hija del pescador Lois do Bernal y
su esposa Trindade, ambos fallecidos.
En su intento
de hacerse con un futuro alejada del mar, viajó disfrazada a las universidades
castellanas, sobre todo Salamanca, para adquirir conocimientos que le
permitiesen adquirir un oficio para no depender de ningún marido.
Extremadamente honrada, ha servido de escriba y copista para sabios errantes y
buscadores de conocimiento de visita en la biblioteca universitaria. Así
conoció a un cazador llamado Roque, que era más de lo que parecía, y al que
acaba de encontrar de nuevo en su viaje a la catedral de Santa María de Tui.
Pero Trega
oculta otro secreto aun mayor, desconocido por todos: está maldita por Dios, y
siente un horrendo malestar cada vez que se acerca a terreno u objetos
sagrados. No está muy segura de cómo o cuándo empezó, aunque sospecha para sí
que la culpa puede ser suya, por profanar la profesión de goliardo, vedada a las mujeres.
Y este era el
grupo el día que se encontraron todos en las cercanías del monasterio de Santa
María de Melón, en tierras gallegas, a finales de otoño de 1364.
Creados todos
totalmente al azar. Incluso el reparto de puntos en las competencias.
Completados a partir de los números y rasgos de personalidad, y repartidos
también aleatoriamente entre los jugadores. En sus manos está desarrollarlos...
A ver como se va desarrollando la historia, tengo curiosidad por lo que le pase al brjo Roque Silvestre :-)
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